ESCAPAR DE LA GUERRA
Desde hace meses ya estamos acostumbrados a escuchar por la tele
las desgracias que está provocando la guerra en Siria. Estamos tan
familiarizados con la situación que nos hemos hecho inmunes a las imágenes y
videos violentos que nos muestran. Incluso llegamos a olvidar una de las más
graves consecuencias, los refugiados. Esas personas que se han visto obligadas
a dejar una vida entera para poder sobrevivir.
Con este motivo la
biblioteca de Lloret de Mar hizo una exposición. La exposición se inauguró el día 9 de marzo y se cerró el
día 1 de abril, ésta se titulaba Vides
Refugiades y contaba con ilustraciones de artistas de más de quince países.
También contaba con un reportaje fotográfico realizado por Maro Kouri, titulado
SEGUINT
ELS PASSOS DE N'ASEM, DE LESBOS A BERLÍN. Toda la organización fue a cargo de Plataforma per la Pau
Lloret.
Las ilustraciones llenaban
las paredes de la sala de exposiciones. Todas tenían su propia alma. Cada
ilustración representaba de qué forma el artista ve la realidad de muchas
personas que se han convertido en víctimas de una guerra. Casi todos los
artistas han querido ponerle cara a esta tragedia por eso muchas de estas obras
estaban protagonizadas por el rostro de los refugiados. Rostros de niños,
hombres y mujeres. Niños con miradas tristes pero que aún conservan su
inocencia, la que les permite pensar que todo pronto acabará. Mujeres con
miradas desesperadas, como si se cuestionaran cuándo acabará la desgracia que
están viviendo. Miradas cansadas y preocupadas por todas partes.
Casi pude percibir el
sufrimiento de toda esa gente. Resulta desesperante no saber dónde vas a
acabar. Pensar que te encuentras solo y que lo has perdido todo, o pensar que
estas con tu familia pero que ya no puedes mantenerla. Al acabar mi visita por
estas vidas refugiadas vi fragmentos del documental que me hicieron sentir
mucho más la desesperación de aquellas personas. Gente durmiendo en tiendas de
campañas en plena lluvia todo lleno de barro, niños a los que tienen que bañar
al aire libre en pleno invierno, madres intentando cocinar de manera primitiva para dar de comer a sus
hijos… todo esto me llevó a un estado de impotencia que no pude controlar. Pero
antes de salir vi una pequeña performance muy significativa. Un conjunto de
salvavidas apilados uno encima de otro rodeados de barcos hechos de papel de
periódicos. Sin duda ese era el alma de toda aquella exposición.
Gabriela Pinto Claure
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