Magia con las sombras
Proyección de sombras chinas de Valeria Guglietti en el Museu del cinema |
Con el motivo de la “Noche
de museos” y el homenaje a 10 años de trayectoria de sombras chinas de la
compañía de Valeria Guglietti, el Museu del Cinema de Girona organizó un gran
espectáculo de sombras cuya protagonista era la mismísima Guglietti y sus manos
mágicas.
Eran las siete y cuarto de
la tarde, fuera hacía muy buen clima y había mucha gente paseando por los
alrededores del museo. A medida que me iba acercando a la puerta estaba más
nerviosa y no entendía por qué. Nunca había asistido a un evento como ese y no
sabía a qué atenerme. Pensaba que no tendría mucho público, y que sería muy
aburrido, pero, nada más entrar en el museo me di cuenta de que estaba
equivocada. Niños, adultos y mayores, construían una larga fila que se extendía
desde la recepción hacía la sala de la segunda planta donde íbamos a presenciar
el espectáculo. Una sala grande llena de sillas, un escenario pequeño en medio
y un proyector. Pienso que ni los organizadores del evento se esperaban a tanto
público, puesto que no había suficientes asientos y algunas de las personas
presentes tuvieron que admirar el espectáculo de pie.
A las siete y media, las
luces se apagaron y en la sala comenzó a reinar el silencio. El espectáculo ya
había comenzado. Un espectáculo estructurado en forma de sketch que mantuvo un
fino hilo conductor de principio a fin marcado por un punto de luz y por la
presencia de la misma Guglietti y sus manos. Una presencia discontinua, ya que
a veces se la veía de cuerpo entero junto a la luz, otras aparecía agradeciendo
al público con una amplia sonrisa y otras desaparecía debajo de la luz para dar
paso a sus trabajadas manos para hacer de ellas arte. Por una parte, sus brazos
y sus manos, con ayuda de diferentes objetos, se transformaban en figuras
perfectas de animales, personas u objetos, como por ejemplo, la cara de E.T,
cisnes, conejos, corazones, el mar, barcos, etc. Por otra parte, con estas
figuritas creaba diferentes historietas que dejaba a la imaginación del público
y además, todo estaba perfectamente sincronizado con la música.
El evento acabó siendo un
espectáculo fascinante que dejó al público con la boca abierta. Valeria
demostró que la sencillez y la imaginación juntas pueden ser los ingredientes
perfectos para crear arte. En unos cuarenta y cinco minutos, más o menos, logró
mezclar el teatro, el cine mudo, la figura animada, la música, las marionetas
en sus manos y crear magia.
Anca Dorina Pop
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